Tras la actividad grupal en clase sobre cómo mejorar la
motivación y leer y escuchar a varios autores, voy a intentar recoger lo que
considero más importante. Pero es un tema muy interesante sobre el que profundizar
ya que en la actualidad preocupa la desmotivación generalizada de los
estudiantes.
Entiendo por motivación, en general, a las ganas que tenemos de hacer algo, al
motor que impulsa nuestras acciones para lograr aquello que queremos. Esas
ganas que tenemos por hacer algo y por conseguir un objetivo pueden venir dadas
por estímulos internos como son deseos, necesidades y el placer que obtenemos
con solo hacerlo (motivación intrínseca) o pueden venir dadas por estímulos
externos como incentivos, metas y premios que vamos a obtener al realizar esa
tarea (motivación extrínseca).
Como docentes deberemos prestarla especial atención ya que
tendrá bastante peso en el proceso de enseñanza-aprendizaje que viviremos junto
a nuestro alumnado. Es mucho más fácil enseñar cuando la otra persona está motivada
pero no siempre ocurre esto. La falta de motivación puede tener distinto
origen. Por ejemplo, en ocasiones nos encontramos con que el alumnado no comparte
los intereses y objetivos que el sistema educativo ofrece, por lo que el
profesorado tiene un papel fundamental y esencial en la difícil tarea que es
que los alumnos sientan interés y curiosidad por el currículo y conseguir que
disfruten del placer de aprender.
Entonces, ¿Cómo
podemos mejorar la motivación?
Tendremos que utilizar diversas herramientas y todos los
recursos que estén en nuestra mano. En mi opinión, lo primero que deberemos
hacer será proporcionar un ambiente agradable para que todas las personas nos
relacionemos forjando vínculos afectivos sanos, y de esta manera, sentirnos
respetados y queridos. El profesor ha de dar ejemplo, ha de ser accesible, ha
de escuchar al alumno, conocerlo, hacerlo partícipe de su propio aprendizaje, ofrecerle oportunidades. Debemos propiciar un lugar al que los alumnos quieran
volver. Tiene que ser un espacio adaptado a las capacidades para que nos
permita progresar y sentirnos valiosos, útiles. Un espacio en el que demos
sentido a lo que se aprende. Además el docente tendrá que intentar que el
proceso enseñanza-aprendizaje sea ameno, que podamos pasarlo bien. Esto puede
ser a través de juegos, innovando, sorprendiendo, descubriendo...
Lo ideal es que la motivación sea natural y espontánea (la
que sale de nuestro interior) pues nos hace más independientes, pero esto no siempre
es posible, por lo que es muy importante que cada individuo sea capaz de
identificar sus deseos, sus intereses y los
objetivos que quiere alcanzar. Me parece importante que el profesor no
se limite a la tarea de motivar, si no que facilite y acompañe ese proceso de
autoconocimiento y aceptación y que transmita al alumnado lo importante que
puede llegar a ser la automotivación, incluso lo necesario que es hacer en
muchas ocasiones algo sin tener ganas.
Aquí os dejo el enlace a un vídeo sobre
la motivación que me ha parecido muy útil:
https://youtu.be/mahsIOAuQ3w
Muchas gracias por leerme, ¡Hasta la próxima!
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