O Pelouro, un lugar para vivir la diversidad

 

O Pelouro, un lugar para vivir la diversidad 

Esta escuela situada en Caldelas de Tui (Pontevedra) surgió como un proyecto personal de dos personas que amaban a los niños, Juan Llauder (psiquiatra infantil) y Teresa Ubeira (pedagoga) allá por el año 1973 que se fue consolidando hasta ser declarada como “Centro Singular Experimental de Innovación Psicopedagógica e Integración” por la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia y ser subvencionado hasta nuestros días.

En el momento de su fundación fue pionera e innovadora con su modelo educativo basado en la neuro-psico-socio-pedagogía promoviendo una integración saludable pero lo que me llama la atención es que en nuestros días nos lo siga pareciendo y sigamos estudiando estos casos como excepcionales. No deja de suscitar interés entre profesionales y generalmente es alabado por sus buenos resultados. Entonces, ¿por qué este modelo de escuela no prolifera en nuestro sistema educativo? Quizás sea porque existe una fuerte convicción y  motivación más personal que profesional, que se ha convertido en un estilo de vida que han sabido transmitir a todo el equipo para que este proyecto perdure en el tiempo y que sin esa motivación, la escuela no pueda dejar de ser tan rígida, que la escuela como institución tiene unas limitaciones que no tienen proyectos de vida como estos. Me encanta el positivismo que se desprende, todo en esta escuela parece fácil en contraposición a otras escuelas que a todo ponen pegas (burocráticas, personales, de escasez de recursos….). Solamente el edificio es una carta de presentación acogedora, hogareña. Su imagen amable en contraposición a esos mamotretos arquitectónicos que más se asemejan a cárceles. Me gusta el concepto, el lema de “una escuela para TODO NIÑO” pero más me gusta que se haga realidad. En materia de atención a la diversidad no basta con acoger en tu escuela con buena voluntad, se debe acoger con todos los recursos y técnicas necesarias para ofrecer las respuestas adecuadas a las necesidades generales y específicas de cada niño. Si en O Pelouro lo han conseguido, los felicito.











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